PARTE 2
ANÁLISIS SOBRE EL ESPÍRITU CABALLERESCO MEDIEVAL DE ESPAÑA
2.1 El heroísmo
La valentía o el heroísmo se consideraba como cualidades excelentes en la Europa occidental durante la Edad Media, y una connotación más importante del espíritu caballeresco es el heroísmo. El Cantar de mio Cid personifica principalmente en el Cid las cualidades excelentes del pueblo español, formando una imagen del caballero valiente, combativo e ingenioso, lo cual refleja la profunda ideología del heroísmo. En la historia, el prototipo del Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, es lejos de ser tan perfecto como lo describe el Cantar. Por ejemplo, ayudaron varias veces al ejército del rey de los moros, luchando contra sus enemigos e incluso contra sus propios paisanos. No obstante, no se puede negar que ganó victorias gloriosas en las batallas contra la invasión de los paganos, haciendo importantes contribuciones al triunfo de la Reconquista de España. Este monumento literario lo caracteriza como un perfecto héroe nacional, lo que se queda en consonancia con las demandas psicológicas de los castellanos en resistir a la invasión pagana y recuperar el territorio.来!自~751论-文|网www.751com.cn
El Cantar de mio Cid patentiza en muchos aspectos la fuerza, resistencia, valor e inteligencia del caballero. Al comienzo de la obra, cuando el Cid es arrojado del territorio por el rey Alfonso VI, se encuentra sin un centavo, pero la buena táctica que utiliza le saca de este apuro. Logra seiscientos marcos desde las manos de los judíos con sólo dos arcas de arena y llega a resolver el problema de la escasez de suministros militares. Este episodio pone de manifiesto completamente la inteligencia y flexibilidad del Cid, sin embargo, se da más a conocer su habilidad de elaborar estrategias en las guerras. A partir de su combate con los moros, el ejército del héroe se ve casi invencible, lo que resulta realmente sorprendente porque muchas veces el Cid se enfrenta con una tropa que tiene mucho más soldados que los suyos. Lucha con tal ímpetu que nadie puede resistirle. Por un lado, las victorias de la guerra tiene estrecha relación con el espíritu valiente de los soldados, que se atreven a combatir contra los paganos arriesgando la vida. En la obra, aparece muchas escenas en las que el Cid y sus personas libran combates sangrientos. Por ejemplo, “Montó a caballo Minaya, y con su espada en la mano por entre las fuerzas moras muy bravo siguió luchando. Enemigos que él alcanza la vida les va quitando”, estas frases describen el heroísmo, el carácter valiente y intrépido de los caballeros. Sin embargo, el héroe nacional en esta gran obra es caracterizado no sólo como un soldado bravo, sino también un dirigente de sabiduría y con la excelente destreza militar. De ahí que, por otro lado, la poesía épica retrata vívidamente la figura inteligente y táctica del Cid a través de unas batallas típicas. En la primera lucha contra los moros, el Cid prepara una emboscada y se apodera de Castejón sólo con unos trescientos soldados. Y al atacar el pueblo de Alcocer, hacían como que al Cid se ha acabado todos los víveres atrayendo a los enemigos para que caigan en la trampa. Así conquista Alcocer mediante un ardid. Se puede decir que, en el caso de falta de suministros militares, y frente a la ventaja de los moros en cuanto al número de los soldados, el despliegue de inteligencia del Cid en elaborar estrategias constituye la clave fundamental para lograr la victoria de las guerras.